Limpia tu vitrocerámica de forma eficiente y segura - Imagen de Unsplash.com

Una vitrocerámica limpia no solo beneficia la estética de la cocina, también trabaja de forma más eficiente. Además, una vitrocerámica sucia es un potencial foco de infecciones. A la hora de limpiar, lo primero que hay que asegurarse de que está apagada y fría en su totalidad, aunque vayamos a limpiar solo una de ellas. Hay que olvidarse del mito de que la placa se limpia mejor en caliente. Utiliza los siguientes trucos para limpiar tu vitrocerámica:

Como ya hemos dicho, los productos específicos son importantes y pueden ser de gran ayuda, por lo que para acabar, te proponemos algunos de ellos.

Su mango es ergonómico y de tacto suave, lo que proporciona un manejo antideslizante y permite la limpieza sin arañazos. La cuchilla se puede almacenar en el cuerpo del raspador después de que se haya realizado el trabajo, para mayor seguridad. Incluye 4 cuchillas de recambio hechas de acero inoxidable endurecido, que se encuentran integradas en el mango.

Potente limpiador de placas de vitrocerámica en formato spray. Tiene poder desengrasante y forma un film protector que evita que se dañe la superficie de tu vitro. Deja las placas como el primer día.

Si quieres mejores resultados, todo lo que te aconsejábamos hacer con una bayeta puedes hacerlo con esponja específicamente diseñada para no dañar tu vitrocerámica. Es duradera, es absorbente, resiste a la lejía y, fundamentalmente, no raya superficies delicadas.

Si quieres todo en uno, esta rasqueta con mango de goma y cuchilla anti rayaduras, junto con la esponja de doble capa de microfibra, son tu solución. La esponja cuenta con una cara dura para atrapar la suciedad más resistente y una cara de suave microfibra que te permitirá dejar tu vitro como nueva.

Ideal para la limpieza profunda de tu vitrocerámica. 2 unidades de 250 mililitros. Recomendado para uso y mantenimiento diario.